jueves, 10 de agosto de 2017

¿Crianza respetuosa?

Cuando nació princesa tuve las mil y una dudas que le surgen a cualquier madre primeriza.
A pesar de que había tratado de leer e informarme mucho, este mundo de la maternidad es tan amplio que nunca terminaré se aprender.

Los dos primeros meses de princesa fueron duros. La falta de experiencia, de ayuda, y de apoyo en el entorno hicieron que mi esfuerzo fuera mucho mayor, pero también mucho más productivo.

Princesa tendría ya un par de meses, se dormía siempre en brazos, bien porque se dormía al pecho, o porque la tenía encima de mi la mayor parte del día.
A mí no me molestaba, al contrario, me encantaba tenerla encima de mi, sentirla, olerla, besarla...  Era puro amor.

Pero ya empezaba a sentir que no seguíamos el patrón marcado de dormirse sola o con un muñequito. Y empecé a pensar que, quizás, como mucha gente decía, la estaba mal criando y acostumbrando a los brazos.

Seguí un consejo: ponla en la cuna, te pones al lado para cogerle la mano, y aunque llore no la cojas, te quedas ahí hasta que se duerma. Y así, poco a poco se acostumbra.

Ese llanto de, quizás, uno o dos minutos que a mí me parecieron horas, se clavó en mi corazón hasta tal punto que de los nervios empecé a gritar. Era rabia por no hacerlo bien, era dolor de sentirme inútil en ese aspecto, era culpa por hacerle llorar. Ya no sé ni lo que era...

Y en aquel momento empecé a investigar, mientras volvía a tener a mi niña en mis brazos, sintiéndola junto a mí y durmiendo tranquila, cómo enseñarle a dormir.

Me encontré con el método Estivill, basado en dejarlos llorar hasta que se acostumbren. No podía hacer eso, no era capaz.

Entonces busqué algo así como "enseñar a dormir sin llorar".
De alguna manera empecé a leer sobre la crianza respetuosa, aquello que no conocía ni había escuchado nunca, pero que se convirtió en la base que daría firmeza a mi maternidad y a mi crianza.
Conocí a Rosa Jove, psicóloga infantil y escritora basada en este tipo de crianza.
Conocí a Carlos González, pediatra y escritor basado en la crianza respetuosa.
Y empecé a conocer grupos, foros, páginas... Y un sinfín de fuentes y documentación que son mi punto de referencia.

Aprendí que no todos somos capaces de soportar ese llanto desconsolado.
Aprendí que cada niño y cada padres tenemos una forma diferente y única de vivir.
Aprendí que lo más importante es tenerlos cerca de mí.
Aprendí que los niños no se acostumbran a nosotros, sino que nos necesitan desde antes de nacer.
Aprendí que somos afecto desde bebés.
Aprendí que mal criar es criar mal, haciendo daño.
Aprendí que dar amor es ser felices.
Aprendí que nunca dejaré de aprender.

No hay comentarios:

Publicar un comentario